1º de mayo y el trabajo de las mujeres: “Solamente una dueña de casa”

Solamente una dueña de casa. El valor del trabajo de las mujeres, por Riane Eisler*

El trabajo que no es trabajo.

Un aspecto curioso de la mitología dominante, con las que mujeres y hombres son bombardeados en nuestros días, es que en una sociedad en que las mujeres tienen muy pocas opciones económicas (como ha sido el caso hasta hace muy poco y continúa siéndolo para algunas), estas deben casarse o “entregarse” sexualmente por amor, sin pensar para nada en su sobrevivencia económica. Pero, en los hechos, como deber ser, la sobrevivencia es para las mujeres, al igual que para los hombres, un asunto muy importante. Entonces, obviamente –sobre todo cuando han estado inpedida de ganarse la vida de otra forma- las expectativas de las mujeres se han reducido a pensar que serían mantenidas a cambio de asumir su tradicional y no pagado rol de “dueñas de casa”. O si no, ¿de qué otra manera iban a sobrevivir?

Consideremos, por ejemplo, que hasta hace muy poco en las parejas de clase media era mal visto que la mujer “trabajara” – es decir tomara un empleo a cambio de una pago- porque iba a parecer que su esposo no era un buen proveedor para la familia, o también podía ocurrir, que este se sintiera amenazado por la independencia de su esposa. (…..)

*es antropóloga y autora del “Cáliz y la espada” (Santiago, Cuatro Vientos, 1987). Este artículo es parte de un capítulo de su libro “Sacred Pleasure” (Sagrado placer).

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Este artículo lo encuentras en: Revista Nº 24  Trabajo: sentidos y sin-sentidos (junio de 1998)

“Solamente una dueña de casa”: acerca del valor del trabajo de las mujeres (páginas 16 – 20), Riane Eisler.

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