El asesino de Tiamat por Marduk: La muerte definitiva de la Diosa

Introducción por Mary Judith Ress*

 

Que gran placer de introducir y dar contexto al artículo, La presencia de la diosa, por mi amiga, la teóloga feminista guatemalteca, Cynthia Méndez Motta!

Cynthia reflexiona sobre la diosa en su vida— su presencia en la belleza, tanto en sus propias células como en su alrededor (en la sabiduría de las mujeres, en la Naturaleza).  Pero también la diosa está presente en lo oscuro, en lo que da miedo—y acá ella también es una gran maestra.  Cinthia está convencida que la diosa sigue presente en nuestro inconsciente.  Pero también ve como ha sido matado una y otra vez, y da ejemplos desde su propia país.  Por ejemplo, se levanta la brutal violación de las niñas y adolescentes durante la guerra civil, que todavía continúa.

Cinthia hace referencia al curso online que hizo Rachel Fitzgerald con el apoyo de Maruja González, Coca Trillini y yo sobre el Enuma Elish, el mito de Babilonia sobre la matanza de Tiamat.

 

El Contexto

 

Como muchas de ustedes—lectoras de Con-spirando—saben, que durante años hemos ido estudiando y profundizando varios mitos de origen, su poder sobre nosotras, las mujeres, y su implicancia en nuestras vidas en lo personal y en lo colectivo.  Durante el programa del Jardín Compartido (1997-98) hemos analizado el mito de la “caída” de Adán y Eva del paraíso en Génesis.  Durante las Escuelas de Espiritualidad y Ética Ecofeminista (2000-2006) hemos seguido analizando la evolución de nuestros imágenes de lo sagrado desde la Gran Madre (Inanna, Ishtar, Isis), poniendo énfasis en el mito de la matanza de Tiamat por Marduk.  Hemos examinando las energías de los cuatro grandes arquetipos femeninos—madre, hetera, guerrera y médium—y como estaban presentes en las figuras de las diosas durante la historia humana.  Hemos investigado imágenes de figuras femeninas en América Latina que han sido reprimidos por la colonización europea (revisar publicación Vírgenes y diosas en América Latina, 2004).

 

Para nosotras, el estudio de la evolución de las imágenes que nos han enseñado como sagradas ha sido apasionante (ver todo nuestro trabajo sobre Diosas y Arquetipos durante nuestras Escuelas de Espiritualidad y Ética Ecofeminista).  Nuestra gran amiga junguiana, Rachel Fitzgerald, fue nuestra invitada durante varias Escuelas por su gran conocimiento de los arquetipos femeninos.  En estos últimos años, Rachel—fascinada por el desarrollo de la consciencia colectiva durante las épocas paleolítica y neolítica—siguió analizando el mito de Tiamat y Marduk y cómo este mito, de la matanza de la Gran Madre por el joven guerrero, ha dejado secuelas profundas hasta el día de hoy, en nuestra psique colectiva. La vida de las mujeres, la ecología, el caos, las crisis latinoamericanas y mundiales políticas, económicas y sociales tienen para Rachel, puntos de contacto con este mito.

Rachel ha manifestado su deseo de compartir sus intuiciones al respecto.  Por eso, la hemos invitado a un Encuentro acá en Chile en enero de este año para conversar sobre sus reflexiones sobre este mito que creemos clave en nuestro desarrollo como especie humana.

En el intertanto y , como preparación al Encuentro en enero, hemos hecho una metodología online para trabajar el mito: Un espacio virtual donde 33 mujeres que tienen un enfoque ecofeminista hemos leído juntas textos vinculados con un análisis del mito, incluyendo una lectura profundo del mismo Enuma Elish. Otro texto clave ha sido el libro mencionado por Cinthia:  El mito de la diosa, por Anne Baring y Jules Cashford, que se puede descargar en pdf gratuitamente—es una joya!!!  Las reflexiones que salieron fueron sumamente profundas, cuestionadoras, desafiantes, valientes (las tenemos guardadas en un Dropbox, para después poder compartirlas como parte de una reflexión más exhaustiva del mito).  Después, veinte mujeres participaban en el Encuentro con Rachel—éramos de Venezuela, Colombia, Perú,  Brasil, Guatemala, Argentina, Estados Unidos y Chile.  Y seguimos reflexionando juntas por un grupo de Whatsapp.  Por ejemplo la película La forma del agua es una versión moderna del mito….

 

*Mary Judith Ress, teóloga ecofeminista, es una co-fundadora de Con-spirando.  Es autora de Sin Visiones nos perdemos: Reflexiones sobre Teologia Ecofeminista Latinoamericana (2012).

 

 

 

La presencia de la Diosa

Artículo: Cynthia Méndez Motta*

En este artículo, quisiera abordar lo que ha significado estudiar el “Mito de la diosa” en la experiencia personal y la muerte de ella en la tragedia que viven las niñas madres en Guatemala.

En la experiencia personal invitada por el colectivo Con-spirando, hace unos meses para adentrarme en el encuentro con el “Mito de la diosa en el Enuma Elish”, inicié este camino en caravana con otras compañeras de diferentes países.  El tema de la Diosa me atrajo, me apasionó desde el principio.

Al empezar a leer el libro de Anne Baring y Jules Cashford  “El mito de la Diosa”, como nos motivó Rachel, con forme avanzaba en la lectura, parecía ir haciendo un camino, en donde más quería introducirme y encontrarme con ella.

En la primera parada del sendero, me encontré con Nammu,[1] la madre original, hermosa, creativa, bondadosa, natural, que se encontraba presente en las creaturas, en la naturaleza, en los símbolos, los cuales empezaron a cobrar sentido en  las imágenes de ella en la naturaleza, en las serpientes, en los dragones, en los pájaros. En este primer acercamiento recuerdo haber sentido miedo a lo nuevo. Mi mirada empezó a agudizarse, ya que la reconocía en varios lugares y cosas,  la identifiqué en mi interior,  en mis células, en ese estado de plenitud, de gozo, de alegría  y asombro. A reconocerla en la belleza de la melodía y paisajes que recibía en los mensajes.  También empecé a redescubrirla en la sabiduría  de las mujeres, en las sensaciones e intuiciones que a veces tenemos.

Además su presencia la encontré en las experiencias del mal que nuestra finitud humana vive, como por ejemplo, una  de estas noches, la encontré en mi sueño, su aspecto me impresionó y causó miedo, era una mujer horrorosa o que no estaba acostumbrada a ver que tenía en diferentes partes del cuerpo del lado derecho, plumas negras pequeñas y en cada una de ellas un punto blanco o brillante, además tenía plumas en pocos lugares del lado izquierdo,  me sentí atemorizada, y la sensación y asociación fue de enfermedad que se reproduce rápidamente, me horroricé. Después de unos días, esa sensación fue cambiando y ahora esa imagen, es como si conviviera conmigo,  la fui aceptando y aprendí a considerarla como maestra, también ella soy yo, ella somos nosotras.

El fruto de este sendero, fue caer en la cuenta que la Diosa en diversas formas, imágenes y sentimientos sigue viviendo dentro y fuera de nosotras, de los seres humanos y de la naturaleza, despertamos su poder y su presencia que está en el inconsciente, ya que en el consciente se encuentra vivo el Dios masculino. Esta realidad  de “conciencia y habitabilidad del Dios masculino” es la que nos anestesia de la diosa y separa de la conciencia de sentirnos parte de la naturaleza y reproduce imágenes de superioridad y dominio hacia la naturaleza y hacia las mujeres.  Esta realidad y cotidianidad nos hace sentirnos divididas y culpables, porque algo de nosotras mata a la Diosa, la reprime, la sacrifica para dejar vivir al dios Marduk.

En este sendero, encontré algunos posibles símbolos de la presencia de la diosa en la ciudad de Guatemala, al estilo que nos mencionan Anne y Jules en su libro, en una avenida de la capital que se llama –“La Reforma”, en un monumento que lleva el nombre de Miguel García Granados[2],

image001                                 Imagen completa tomada de: http://www.prensalibre.com/hemeroteca/de-paseo-por-el-bulevar-30-de-junio

 

image003                                 La segunda imagen de https://www.guatemala.com/guias/cultura/los-12-monumentos-imperdibles-de-la-avenida-reforma/monumento-a-miguel-garcia-granados.html

 

En la segunda imagen del monumento, se aprecian mejor las estatuas de 4 diosas  griegas con 3 leones (la diosa en evolución), ellas se encuentran colocadas debajo de un líder masculino. Los leones, recuerdan a los que se encuentran en las imágenes de la diosa Innana los que aparecen, uno a la derecha y el otro a la izquierda[3]. Es curioso, que para perpetuar un acontecimiento del siglo XXVII, se elijan colocar a las diosas y los leones, ¿A qué se deberá?, ¿Será que la presencia del  proceso de evolución de la diosa se encuentra en el inconsciente del artista o de la cultura de ese tiempo?.

En relación a la muerte de la diosa, la podemos descubrir constantemente en las múltiples violaciones que se hacen a la naturaleza, las explotaciones mineras, las grandes hidroeléctricas, los monocultivos, los ingenios azucareros, los desechos de basura que los países ricos dejan en nuestros mares, entre otros.

La muerte de la diosa se encuentra presente en la explotación, utilización, violación, y desvalorización de las mujeres en todos los campos, aquí específicamente, la diosa sigue muriendo en la realidad y experiencia que viven actualmente varias niñas de Guatemala, que están siendo forzadas a ser madres. En el poema del Enuma Elish encontramos el símbolo de la muerte de la diosa por el dios Marduk y desde entonces, el dios padre Marduk goza de una posición de supremacía. ¿Será que este mito se encuentra en el inconsciente de los hombres que se sienten en posición de ventaja hacia las vidas y cuerpos de las niñas y de las mujeres?

Solo en Guatemala en el año 2016, 2,500 niñas y adolescentes inscribieron a sus hijos en el Renap[4]. Y en el accidente provocado de las  41 niñas que murieron quemadas en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción y las niñas sobrevivientes de ese accidente el  8 de marzo de 2017 dejó al descubierto que se les sacaba a la fuerza para ser explotadas y humilladas sexualmente, algunas de ellas, además de los daños físicos y psicológicos, han sido destinadas a ser madres. ¿Será que querían serlo?, ¿Será que a los 10,12 o 14 años una adolescente sabe si quiere ser mamá y todo lo que implica o simplemente se le sigue violando para que sea su problema y se resigne a ese destino? los datos de violaciones y embarazos forzados, son muchos.  Esta espeluznante realidad, alcanzó su expresión más escandalosa e indignante en Guatemala en el conflicto armado interno, los datos revelan que la violencia contra las mujeres indígenas fueron los siguientes, el 35 % de las víctimas de violación sexual fueron niñas (0-17 años). El 62 % fueron mujeres adultas (18-60 años) y el 3 % ancianas[5]. Las mujeres indígenas en este país, sufren más agresiones que las mestizas, por el racismo existente.

Sigue siendo apremiante, continuar despertando la conciencia de la diosa en las mujeres, encontrarnos con ella, empoderarnos, hacerla presente para seguir restableciendo relaciones más humanas entre y para las mujeres y la naturaleza. Seguir gestando grupos de mujeres que podamos acuerparnos para librar estas grandes batallas,  despertar conciencias y experiencias con la diosa sigue siendo fundamental para regresar a nuestro origen…

 

 

*Magister en Dinámica Humana y Salud Mental, Licenciada en Teología, coordinadora y docente universitaria y miembro del Núcleo Mujeres y Teología de Guatemala.

 

 

[1] BARING, A. Y CASHFORD, J. (1991)  “El mito de la Diosa” Evolución de una imagen. Ediciones Siruelo, España. Pg. 14

[2] Una de las estatuas más antiguas, data de la revolución liberal de 1871, se encuentra en la rotonda de la 2ª. Calle de la zona 10.

[3] Ibid Pg. 255

[4]  https://www.plazapublica.com.gt/content/nena-quieres-ser-mama

 

[5] ALDANA C. (2017) Iglesias y comunidades de fe ante la opresión y violencia hacia las mujeres indígenas y mestizas en Guatemala, Editorial Serviprensa. Guatemala.

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