El 21 de mayo recién pasado falleció Rosemary Radford Ruether (1936-2022), académica y escritora, pionera de la teología feminista y por muchas nombrada como la “madre fundadora” de la teología feminista”. Rosmary estuvo desde nuestros inicios del Colectivo Con-spirando, apoyándonos, e incluso entregando uno de sus libros a nuestra colección.
A continuación, compartimos las palabras que escribió Judy Ress, teologa feminista de Con-spirando y amiga de Rosmary, para las compañeras de Conefe, en Argentina (revisa aca la nota de Conefe https://www.conefe.net/noticias/despedimos-a-rosemary-radford-ruether-pionera-de-la-teologa-feminista)
La primera vez que encontré las escrituras de Rosemary fue en la aldea de Huarochiri en la sierra peruana en los años setenta cuando fui una misionera católica. Me acuerdo como durante las noches frías, por medio de una vela, leí una y otra vez un libro de ella sobre el sexismo en la iglesia católica—y desde este tiempo he sido una entusiasta discípula de ella—y con los años una amiga y colega.
Ella nos apoyó nuestro trabajo en teología feminista y ecofeminista en el colectivo Con-spirando acá en Santiago desde nuestros comienzos en los años noventa y estaba siempre dispuesta a escribir artículos y reflexiones para nuestra Revista Con-spirando. Además, Rosemary regaló al Colectivo Con-spirando los royalties de su libro Women Healing Earth: Third World Women on Ecology, Feminism, and Religion (New York: Orbis Books, March 1996).
Su libro, Gaia y Dios: Una teología ecofeminista para la recuperación de la tierra. (México: Demac, 1993) fue un hito para nosotras porque ofrecía una visión para un tiempo post- patriarcal. En su capítulo 10, ella nos llama a construir “comunidades de celebración y resistencia” que ella define como grupos afines con los cuales una podría vivir, trabajar y rezar juntas. Hoy en día, más que nunca, siento que su invitación ofrece una manera evolutiva de vivir plenamente en sincronía con la Madre Tierra.
Rosemary visualizaba tres aspectos interrelacionados de estas comunidades: Lo primero es modelar las terapias, espiritualidades personales y los rituales comunitarios a través de las cuales nutrimos y simbolizamos una nueva consciencia biofílica. Lo segundo, hay que utilizar las instituciones locales sobre las cuales tenemos cierto control—nuestros hogares, escuelas, iglesias, los campos y los negocios controlados localmente, como proyectos pilotos para una vida ecológica. Tercero, hay que construir las redes organizacionales que salen más allá, regionalmente, nacionalmente e internacionalmente, como un empeño de cambiar las estructuras de poder que hacen que el presente sistema de muerte está vencido (pp. 279).
Para Rosemary, las terapias de sanación y las espiritualidades necesitan concentrarse en el crecimiento interno, en el aprender como “ser”, aprender como gozar de la bondad y belleza de la vida. Ella pide a estas comunidades que recobren nuestro nexo cuerpo-psiquis-espíritu, “para aprender a respirar de nuevo, para sentir nuestra energía vital… volver a ponerse en contacto con la tierra viva. Podemos comenzar a liberar los poderes intuitivos y creativos congelados de nuestro organismo, pintar y escribir poesía, y saber que el suelo donde nos paramos es sagrado” (p. 280). Rosemary creía que estas comunidades, si se organizan de una manera ecológica, podrían transformarse en proyectos pilotos para despertar la consciencia en una escala más grande, gradualmente afectando el uso de la energía, el reciclaje de los desechos, el transporte y la agricultura—verdaderamente, toda la manera en la cual una sociedad está organizada. Aunque utópicas, estas comunidades de celebración y resistencia ofrecerían—a mi modo de pensar—nuestra mejor esperanza para vivir “de manera justa y correcta” con la Madre Tierra, con Gaia.
No puedo terminar sin levantar el gran sentido de humor que tenia Rosemary. Aunque sus colegas hombres tenían bastante miedo de ser blanco de su ira (hasta que ella tenía el apodo de ser “la puta de Babalonia”), a ella le encantaba la ironía. Uno de sus frases favoritas fue: “Al decir que Jesucristo ha fundado la Iglesia Católica es como decir que el gran Jefe Seattle ha fundado La Oficina de los Asuntos Indígenas”! Rosemary Presente!
Mary Judith Ress, teóloga ecofeminista
Colectivo Con-spirando
Santiago de Chile, Mayo de 2022