Nuestra compañera Carla Cerpa nos hizo llegar la declaración del colectivo de migrantes en la Argentina, de la cual es integrante, que adhiere a las movilizaciones por el aborto legal, seguro y gratuito sin dejar de expresar la particularidad de la condición de mujer y migrantes en el acceso a los derechos sociales.
Cuando hablamos de sororidad, las fronteras no existen, desaparecen. No se trata de nacionalidades ni de países: se trata de nuestros cuerpos y el derecho a decidir sobre nosotras; se trata de mujeres migrantes, afro, originarias, trans, travestis, lesbianas, luchando codo a codo por nuestra propia liberación. La cuestión es simple: nos queremos libres, nos queremos vivas.
Vivimos un momento histórico en la lucha por el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo, que consideramos nuestro primer territorio. Territorio desde el cual habitamos el mundo y que defendemos con lucha y organización feminista. Reconocemos que el tránsito migratorio nos asigna otra lucha que batallar, otra reivindicación más que dar; ya que además de ser mujer, trabajadoras y estar a cargo del trabajo doméstico no remunerado, combatimos y nos organizamos para que el racismo y la xenofobia no nos hagan perder las conquistas permanentes en materia de derechos, como la educación o la salud. Somos las que numerosas veces aguardamos por horas en los hospitales públicos, antes de que nos atiendan a nosotras o a nuestrxs hijxs, somos a las que nos dicen que vuelvan a su país, a las que nos dicen que no usurpemos el sistema de salud público. Nosotras decimos ¿no es acaso la salud un derecho humano? ¿No merece nuestro cuerpo la misma vida digna?
Las dificultades que enfrentamos para acceder al sistema público de salud, intensifican la criminalización hacia las migrantes que decidimos interrumpir voluntariamente un embarazo. La penalización del aborto es una medida que no sólo atenta contra los derechos de la mujer sino también conlleva un innegable factor de clase, pues somos las más pobres las que terminamos muriendo. Incluso en algunos países donde el aborto está legalizado, existen medidas restrictivas para las migrantes, que tienen que comprobar un tiempo de residencia legal en el país para poder acceder a éste derecho. ¡Acá no va a ser así!
Es por lo anterior que en este momento histórico para la Argentina y para el movimiento de mujeres, trans, travestis y lesbianas, las migrantes decimos SÍ al aborto legal, seguro y gratuito. Queremos que sea ley y queremos que sea para todas, sin importar nuestra condición, ni nacionalidad, porque más allá de las fronteras, está la vida: nuestras vidas, y el derecho a decidir sobre ellas y sobre nuestros cuerpos.
En medio de esta enorme batalla que estamos librando, es fundamental un feminismo internacionalista: la marea verde crece por todos los territorios de nuestra Abya Yala y del mundo, desde México hasta Chile, desde España hasta Kurdistán, millones de mujeres apoyándonos entendiendo que esta lucha es de todas y que la legalización del aborto en la Argentina pone el piso para el avance de esta exigencia en otros países en materia de derecho, sabiendo que El Salvador, Nicaragua, Honduras, Haití y República Dominicana, el aborto está prohibido bajo cualquier circunstancia, con largas penas de prisión para las mujeres que se efectúan uno.
Cuando hablamos de sororidad, las fronteras no existen. Por eso este miércoles, mujeres de todo el mundo estarán en las calles apoyándonos, y nosotras, estaremos ahí, al pie del Congreso, porque debe ser ley, porque va a ser ley. ¡Aborto legal, seguro y gratuito, YA!
Ni Una Migrante Menos
¡Rompiendo fronteras, América es nuestra!
Declaración original en PDF: Ni Una Migrante Menos 8A