Desde junio que venimos desarrollando un proyecto de acuerpamiento entre mujeres, que va entrelazando historias, sentires, palabras, corporalidades, intimidades de mujeres con todos sus matices e intensidades, de este gran territorio americano.
En mayo reconocimos la necesidad de acuerparnos, acompañar y fortalecer la red de mutuo cuidado entre mujeres, dado el contexto social que se nos presentaba “La pandemia del Corona virus (Covid19) va embistiendo gravemente a América Latina y el Caribe principalmente a la población más vulnerable en zonas populares y rurales, sabemos que dentro de esos sectores las mujeres son las que se ven más afectadas, el confinamiento en sus hogares y la perdida de vínculos sociales reales (con la escuela, con otras apoderadas, en los consultorios, las iglesias, con organizaciones sociales, etc.) hacen que las mujeres se vean más expuestas a las múltiples violencias basadas en género.
El sistema patriarcal de distribución de roles en este contexto se encrudece, las mujeres se ven más sobrecargadas de tareas, aumentan las responsabilidades domésticas y de cuidados, el sostenimiento del hogar se ve amenazado ya que muchas trabajan de manera informal o con contratos temporales. Y esto es sólo la punta de las desigualdades e inequidades de este sistema machista, ya que en el otro extremo esta la violencia hacia las mujeres que ha aumentado fuertemente en todo el continente. En este contexto las mujeres experimentan estados emocionales y corporales de estrés, agobio, angustia y ansiedad, otras exploran miedo, resistencia o frustración.”
Así junto a compañeras de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, y en Chile, con grupos de mujeres en la zona sur y austral del país, comenzamos este viaje que vamos creado juntas momento a momento. Se gesto un grupo de 12 mujeres “las consejeras” que son un tremendo apoyo y sostén para las más de 100 mujeres participantes que semanalmente nos vamos reuniendo. Nosotras como colectivo, vamos entregando ejercicios corporales, herramientas de autocuidado, danzas, conciencia corporal, levantando preguntas y reflexiones, etc.
Gracias a la experiencia de cuidado y acompañamiento que hemos estado realizando durante este tiempo a través de las redes sociales, tenemos la convicción de que encontrarnos y vernos a través de cámaras nos fortalece, nos da esperanzas y nos sentimos vitalizadas, energizadas. Es vital poder sentirse(nos) y reconocerse(nos) en una red de cuidados y no vivenciarse solas o aisladas en estos tiempos complejos.
Agradecemos al Fondo de Acción Urgente de Colombia que nos ha apoyado en esta iniciativa.